sábado, 1 de diciembre de 2007

Aniversario de Ubi Sunt

¡Al Fin! Un año. Un laargo año; cuanta agua (y mierda) a pasado bajo los puentes del Mapocho desde aquel viernes 1 de diciembre, hace un año, en el que sacamos Ubi Sunt en el colegio. Cuanto aprendí y compartí, durante esos 25 días de trabajo, de ideas, de risas, de planes y proyectos. Como iba yo a saber que aquella idea que apareció tímidamente en una conversación en la biblioteca se iba a transformar en lo que le está dando sentido a mi futuro.
Creo que nunca se me olvidará: yo igual venía pensándolo hacía tiempo, quería hacer algo, quería dejar una huella, decir lo que pensaba; ese día, 7 de noviembre, los del C fuimos a sacarnos la foto a la Plaza Prat, y dejamos a Antony y Carlitos a cargo de hablar con mi mamá, y con Abarca, por lo de las reuniones con los profesores, cuando hicimos la Reforma Humanista. Apenas llegamos, yo y Marito partimos a hablar con Antony, para que nos contara como salió toda la reunión. Nos quedamos hablando en la biblioteca; nos acordamos de Zoltan, y yo tenía el cuaderno con la Antología de sus frases. Nos acordamos de Samy, y de cómo había sido tan maricón con nosotros. Nos acordamos de tantas historias y anécdotas, y nos dábamos cuenta que eran el reflejo de que el rumbo del colegio iba de mal en peor. Y ahí nació Ubi Sunt. O al menos ahí se nos ocurrió; en ese momento decidimos despedirnos en grande.
Y durante 25 días trabajamos en secreto, como una secta o como no sé qué. Muchas veces estuvimos a punto de desistir; que problemas con el nombre, problemas con el flog, problemas con el video, problemas con que todos odian a Ubi Sunt desde antes que saliera, y un largo etc de problemas; pero igual lo sacamos. Y no pudo ser mejor. Fue tanto lo que entregamos de nosotros mismos dentro de esas 11 páginas, tanto de nuestra esencia, que desde ese día, al menos yo, pienso en Ubi Sunt todos los días.
Y es porque Ubi Sunt no es sólo ese diario subversivo que sacamos para despedirnos del colegio, tratando de cambiar un sistema que dejábamos, pero que no por eso dejaría de importarnos. Desde el mismo día en que ese diario vio la luz en el colegio, Ubi Sunt pasó a ser algo más grande; teníamos planes, teníamos ideas, sueños, y un sinfín de ganas de realizar todo aquello que queríamos. Nos íbamos a la capital, íbamos a la universidad, íbamos a tener la oportunidad de mostrarnos a Chile, de salir al mundo y decir lo que pensábamos, denunciar lo que creíamos está mal, y cambiar las cosas. Y entonces ubisuntismo pasó a ser sinónimo de idealismo.
Pero pasó 1 año, y no hicimos nada. Tenemos un blog que nadie visita, tenemos un montón de videos archivados, guardados, esperando ver la luz. Tenemos papeles y papeles de ideas demasiado ambiciosas como para ser realizadas. Y aunque el letargo y las distancias nos durmieron, todavía creemos en el ubisuntismo, y creemos en que podremos llegar a ser lo que queremos. Porque mientras hicimos la bandera, creamos los cimientos de lo que desde hoy será el ubisuntismo. Y con eso se acabará la desmotivación, se acabará la inoperancia, y volveremos a ser lo que fuimos desde el principio; un grupo de gente con cosas que decir, con ideas para llevar a cabo, con creatividad y capacidades, con problemas a los que atacar, y con esperanza de que es posible cambiarlos. Y estoy seguro de que vamos a lograrlo, y que tarde o temprano Ubi Sunt estará en boca de todos. Y todo parte con un diario, sigue con videos, luego con una bandera y ahí toma otro rumbo =)

No hay comentarios.: