
No sé como a alguien tan maquiavélico y conspirador como Mónica Jimenez se le ocurre que puede venir a hablar con los estudiantes poniendo sus condiciones, y pensando que la van a respetar, después de todo lo que ha pasado. No me extenderé en las culpas de esta señora porque ya escribí sobre el tema en la entrada anterior, donde queda en evidencia lo que hemos vivido los estudiantes durante los últimos meses, sobretodo respecto a una represión brutal que en la tele se transgiversa para deslegitimar nuestro movimiento. En vista de todo esto, considero totalmente legítimo y justificable el hecho de que a esta pseudo-ministra le tiren agua, porque no se merece ningún respeto de parte de la ciudadanía, ya que ha faltado a la confianza de la gente en su rol como ministra al hacer oídos sordos las peticiones evidentes de la gran parte de los actores sociales de la educación, que se han roto la espalda para dialogar con ella durante meses, y tomando todo tipo de medidas ante su constante negativa. Por eso aplaudo a la compañera que le tiró agua, y la envidio porque me habría gustado estar en su lugar, para también tirarle agua.
Ojalá llegara el día en que a Monica Jimenez, o a cualquiera de estos burgueses que nos dirijen, la moje un guanaco, para que se sepa lo que se siente, a ver si de una vez por todas la clase política se da cuenta del error que comente al no escuchar a su pueblo.
Y saliéndome del protocolo, agrego estas palabras que me salen del alma: Vieja culiá, ojalá te hubieran roto el jarro en la cara, me cago en tí y en todos los políticos rastreros, vendidos y cagones... y en los pacos también.
Ojalá llegara el día en que a Monica Jimenez, o a cualquiera de estos burgueses que nos dirijen, la moje un guanaco, para que se sepa lo que se siente, a ver si de una vez por todas la clase política se da cuenta del error que comente al no escuchar a su pueblo.
Y saliéndome del protocolo, agrego estas palabras que me salen del alma: Vieja culiá, ojalá te hubieran roto el jarro en la cara, me cago en tí y en todos los políticos rastreros, vendidos y cagones... y en los pacos también.